28 de Agosto… y dos célebres artistas acuden a mi memoria.

Agustín Irusta, nacido en el año 1903 en Rosario, semillero de letristas, compositores e intérpretes famosos… y de Buenos Aires, en 1899, “el pibe de Flores”, Pedro Maffia.

Dos historias con distintos matices, pero que llenan al tango, nuestro tango, de constantes elementos que lo nutren y apuntalan como el “rey” de nuestra música nacional.

El tango nació en los suburbios, conventillos “candomberos”, acordeón, tambor y guitarra, entre una mezcla increíble de razas, incluyendo los inmigrantes europeos. Fue ganando las calles de las ciudades por la versatilidad de su ritmo milonguero y sus pegadizas melodías, Mientras evolucionaba, cambió el acordeón por el bandoneón, sumó el violín y a medida que se arrimaron nuevos “estribillistas” y poetas, músicos y compositores, se instaló en el mundo, en aquellos años de indiscutible gloria musical.

Hay algo que no deja de llamarnos la atención y es la precocidad con que los “creadores” irrumpen en el ambiente tanguístico de la noche. Mi viejo, José Sala, (Abril 24, 1909), a los ocho años comenzó con sus estudios de violín y a los trece, se escapó a Buenos Aires, con pantalones cortos, y luego de una prueba se integró, a la orquesta del maestro Albariño…. “Y se puso los largos”. En esos primeros años de actuación, compuso dos temas que marcaron su inconfundible estilo, “Amor Imprerial”, con la colaboración de Carlos Faenza grabado por el maestro Roberto Firpo en 1931 y “Se fue Valentino”.
Nuestro, sí… el rosarino Agustín Irusta, fue un notable cantante, letrista y compositor. Se inició cantando en su ciudad natal y alrededores, pero como todo reconocido artista, la meta era radicarse en Buenos Aires, donde en el año 1926 graba para RCA Víctor. Actúa acompañado por Carlos Di Sarli en presentaciones realizadas en Radio Cultura y luego es contratado por Francisco Canaro.

Pedro Maffia, comienza su carrera musical muy temprano, estudiando piano y a sus quince años compone su primer tango, “Cornetín”. A los diez y seis años, ejecutando el bandoneón con un estilo y sonido único, debuta en el Bar “Iglesias” de la calle Corrientes. José Ricardo, guitarrista y compositor que acompañaba al dúo Gardel-Razzano, lo escuchó y lo presentó a Roberto Firpo, que de inmediato lo incorporó a su orquesta.

En el año 1923, con los versos de el “negro Celedonio” Flores, compone un tango que continúa siendo un éxito todavía: “La Mariposa”, llevado al disco por Carlos Gardel en 1931… te acordás?…

“No es que esté arrepentido
de haberte querido tanto;
lo que me apena es tu olvido
y tu traición
me sume en amargo llanto.
¡Si vieras! Estoy tan triste
que canto por no llorar…
Si para tu bien te fuiste
para tu bien
yo te debo perdonar.

Aquella tarde que te ví
tu estampa me gustó,
pebeta de arrabal,
y sin saber por qué yo te seguí
y el corazón te di
y fue tan sólo por mi mal.
Mirá si fue sincero mi querer
que nunca imaginé
la hiel de tu traición…

Después de libar traidora
en el rosal de mi amor
te marchas, engañadora,
para buscar
el encanto de otra flor…
Y buscando la más pura,
la más linda de color,
la ciegas con tu hermosura
para después
engañarla con tu amor.

¡Qué solo y triste me quedé,
sin amor y sin fe
y derrotado el corazón!

Ten cuidado, mariposa,
de los sentidos amores…
No te cieguen los fulgores
de alguna falsa pasión
porque entonces pagarás
toda tu maldad,
toda tu traición.”

Desvinculándose de la orquesta Firpo, forma un sexteto con Julio De Caro. Pero en 1926, conforma su propio Sexteto “Pedro Maffia, con Osvaldo Pugliese en el piano.

Asiduo cliente del bar “Dante”, integró el famoso “Grupo Boedo”, formado además, entre otros importantes poetas, letristas y músicos, por Cátulo Castillo, Sebastián Plana y Pedro Laurenz.
En bares y restaurantes que visitaba, nunca estaba solo, siempre estaba acompañado de los más representativos intelectuales.

Mientras, Agustín Irusta, comienza una vertiginosa carrera artística, viaja a Europa, donde además de cantar incursiona como actor en infinidad de películas. El mundo le abre sus puertas incondicionalmente y se consagra como autor y compositor. Se nos fue el 24 de Abril de 1987, en la ciudad de Caracas, Venezuela.

Pedro Maffia nos dejó su caudal de interpretaciones, sus composiciones y la amistad que lo caracterizó en todo momento. Falleció en Buenos Aires, el 16 de octubre de 1967 a la edad de 68 años.

Hasta la próxima, amigos de “tangosalaclub”!…

José “Cacho” Sala
Agosto 28, 2020